Todos los alimentos procesados contienen diferentes ingredientes sean de origen animal o vegetal, por tanto, también contienen diferentes tipos de material genético. Pues bien, ahora un grupo de investigadores del Instituto de Genética Molecular, Investigación y Consultoría de Seguridad Genética (Universidad Johannes Gutenberg Mainz, Alemania), ha desarrollado una nueva prueba de ADN para identificar ingredientes alimentarios. El procedimiento empleado se basa en las técnicas de secuenciación de ADN oportunamente adaptadas para el fin indicado.
Como sabemos, la secuenciación genética está formada por una serie de técnicas y métodos bioquímicos con los que se logra determinar el origen de los nucleótidos o moléculas orgánicas. La adaptación y desarrollo del nuevo método para identificar el ADN en los alimentos es innovador y mucho más avanzado que los actuales métodos convencionales que se utilizan para la detección del ADN, como por ejemplo la reacción en cadena de la polimerasa o PCR (polymerase chain reaction), técnica con la que se obtiene un determinado número de copias de un fragmento de ADN a partir de una muestra mínima, es una técnica que se ha extendido a muchos campos, identificación de enfermedades, personas, ingredientes alimentarios, etc.
Sin embargo, los expertos la han adaptado y mediante un análisis bioinformático de todos los datos relativos al ADN disponibles en todo el mundo, es posible la identificación de los ingredientes presentes en un alimento sin tener que realizar varios análisis y pruebas con el consiguiente retardo para poder tener acceso a los resultados.
Sin embargo, los expertos la han adaptado y mediante un análisis bioinformático de todos los datos relativos al ADN disponibles en todo el mundo, es posible la identificación de los ingredientes presentes en un alimento sin tener que realizar varios análisis y pruebas con el consiguiente retardo para poder tener acceso a los resultados.
El método cuenta fragmentos cortos de ADN y su precisión es significativa, en las pruebas que se han realizado, el sistema ha logrado identificar la presencia de un 1% de carne de caballo en los alimentos. El nuevo método logra incluso detectar la presencia de trazas de ingredientes alimentarios cuya presencia es muy poco significativa, como la soja o la mostaza en una salchicha elaborada para el ensayo, ésta además sirvió como elemento de calibración del análisis bioinformático. No es extraño que se haya utilizado carne de caballo y menos teniendo en cuenta que este ingrediente se ha detectado en numerosos alimentos de varios países.
En este sentido los expertos apuntan otros usos, como por ejemplo la detección de las trazas de alérgenos en los alimentos, aunque probablemente, igual que otros procedimientos, se podrá utilizar en otros campos. El nuevo análisis de ADN de los alimentos ha sido bautizado como All-Food-Seq y dada su eficacia y los resultados obtenidos, ya ha captado la atención de varios expertos del mundo de la investigación y el análisis alimentario. Se apunta que puede ser una buena herramienta para certificar la trazabilidad alimentaria, de todos modos suponemos que realizarán nuevas pruebas para certificar los resultados obtenidos, de ser así, es probable que sea una de las herramientas de detección de ingredientes en los alimentos procesados que se utilice en un futuro.
Podéis conocer todos los detalles de la investigación a través del artículo publicado en JG|U (Johannes Gutenberg Universitat Mainz).
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